DIRECTOR

Luis Alberto Lamata

Año 1780. Un grupo de esclavos huye de una hacienda de caña de azúcar, buscando hallar un cumbe. Los persigue Don Manuel Aguirre, obsesionado hacendado que ha fijado su mirada en Azú, la hermosa esclava con un destino ancestral. Acción, misticismo y la lucha por la identidad se unen en esta historia femenina cubierta por la magia y la espesura de la selva.

Luego de abordar la figura de uno de los personajes más controversiales de la gesta independentista venezolana como lo es José Tomás Boves en la “biopic” Taita Boves (2010) (*), el cineasta Luis Alberto Lamata (Caracas, 1959) continúa su exploración de la historia nacional con el drama Azú, alma de princesa (2013), esta vez ubicando el argumento en la época de la Colonia y centrando su atención en el tema de la esclavitud, a través de la historia de una joven africana, secuestrada y llevada a la fuerza a tierras americana cuando era una niña, que decide escapar de sus opresores y buscar con valor su libertad.

 El rodaje de la cinta fue en 2011 y es ahora en 2013 que se realiza su estreno. Para Lamata, lo más importante en esta cinta es precisamente su contenido. "Es un relato que atrapa y sé que todos los espectadores se van a identificar con la chica. Además, hablar de unos personajes que no se mencionan y que vienen de un pasado anónimo es algo que a mí como cineasta me emocionó desde el primer momento. Considero que esta obra aporta algo fundamental a lo que somos nosotros como venezolanos. Siento que hoy también hay un espíritu combativo y libertario". (1)

Se trata también de un tema poco o nada explorado por el cine nacional: "En Venezuela hubo cerca de mucho más de 300 años de esclavitud y esa es una institución de la que poco conocemos y que no está tan lejos en la historia del país", ha expresado el realizador. (2)

 "Yo siento que todos los venezolanos tenemos parte de esa cultura africana y es terrible que no conozcamos de esa institución tan tenebrosa que fue la esclavitud (...) la primera virtud que tiene esta película es darle voz, darle protagonismo a quienes nunca lo tuvieron, a aquellos que la historia olvidó, que la historia hizo anónimos porque son cuentos que no se echan", enfatiza. (2)
¿Casualidad o causalidad?

La novata actriz Flora Silvestre encarna a Azú, la protagonista. Conseguirla no fue fácil, según el realizador. Necesitaban a una muchacha muy joven y con rasgos africanos fuertes, muy marcados. "La idea era personificar a alguien virgen y que no tuviera mezclas. Los mulatos llegaron al país luego de la violación de muchas esclavas, antes no; así que encontrar al personaje principal fue una dura tarea". Explicó que en la lista de actrices que él conocía había pocas o ninguna.(1)

 Entonces sucedió algo increíble: Luis Castillo, jefe de casting, iba en el Metro de Caracas cuando de pronto vio a Flora. Se le acercó y le preguntó: "¿Quieres ir a una prueba para un papel en la nueva película de Luis Alberto Lamata?". La joven aceptó y, para sorpresa del director, lo hizo excelente. "Su sueño era ser actriz y la oportunidad le llegó con nosotros. Yo estoy muy satisfecho con su trabajo. Ella se entregó por completo. Mientras más la veía, más me convencía". (1)

Rodaje en marcha
 Con la protagonista escogida, el rodaje marchaba bien. Fueron siete semanas filmando en una localidad de Barlovento, las cuales se vieron interrumpidas por las fuertes lluvias. "Hubo dos vaguadas, los ríos crecieron y eso nos dificultó el proceso. Sin embargo, pudimos retomar sin problemas". El equipo de trabajo también fue un factor de ayuda en este proyecto. "Fue impresionante la pasión con la que realizaron todo. Eso se verá en el largometraje" (1).

Azú, alma de princesa obtuvo 4 premios en el 9º Festival del Cine Venezolano de Mérida: Mejor actriz (Flora Sylvestre Josep), actor de reparto (Pedro Durán), montaje y cámara.

 (*) Película con información en la sección Archivo
 (1) Tomado de: www.laverdad.com
 (2) Tomado de www.eluniversal.com