DIRECTOR

Lauren Greenfield

Examina el improbable regreso al poder de la familia "Marcos" en Filipinas, centrando su atención en el personaje de Imelda Marcos. La matriarca del clan no sólo apoya a su hijo Bongbong a obtener la vicepresidencia del país, sino que también reescribe su historia familiar de corrupción, cambiándola por otra muy distinta en el que sus acciones se justifican por el extravagante amor que profesa a su país. 

Fotoperiodista y realizadora de documentales, la estadounidense Lauren Greenfield (Boston, 1966) tiene una licenciatura en estudios visuales y ambientales de Harvard. Sus créditos como directora incluyen The Queen of Versailles (2012), ganador del premio a la Mejor dirección en Sundance, y Generation Wealth (2018). Imelda Marcos: Poder bajo la sombra (The Kingmaker, 2019) es su cuarto documental.

En su obra (fotografías y películas) Greenfield tiene un gran interés en narrar los extremos de la riqueza (como lo demuestran sus documentales citados arriba), por lo que la figura de Imelda Marcos es un tema indispensable para ella, solo que con un lado más oscuro y político.

Imelda Marcos: Poder bajo la sombra comienza en 2014 cuando Imelda tiene más de ochenta años y busca restaurar a su familia al poder a través de su hijo Ferdinand "Bongbong" Marcos, que se postula para la vicepresidencia. La película entreteje pasado y presente. Imelda es inquebrantable y cree en su propia justicia. Ella posa desafiante para la cámara de Greenfield en una habitación cavernosa llena de documentos de demandas. Su visión del mundo se contrasta con la de sus opositores que testifican sobre la corrupción y violencia del régimen de Marcos.

Durante el rodaje, Filipinas eligió al presidente Rodrigo Duterte, quien ha sido ampliamente criticado por abusos contra los derechos humanos. Pero él e Imelda parecen tener intereses alineados. Todo lo que se le ha arrojado contra ella, lo ha resistido. La historia moderna de Filipinas está indisolublemente ligada al legado de esta “hacedora de reyes”. (https://tiff.net)  

La mentira enjoyada

Cuando la cineasta Lauren Greenfield comenzó a documentar la vida de Imelda Marcos, creyó que el producto terminado podría parecerse a algo así como una historia de redención.

Greenfield imaginó que la ex primera dama de Filipinas querría distanciarse del régimen supervisado por su difunto esposo Ferdinand Marcos entre 1965 y 1986, definido por la ley marcial y los fondos públicos malversados. "Filmé desde que ella tenía 85 años y ahora ella tiene 90", dice Greenfield. “Pensé que cerca del final de su vida podría haber un sentimiento de separación de [Ferdinand] y algunas de las cosas que hizo. Ella era muy joven cuando se casó con él, se casaron muy rápido y él era mucho más poderoso que ella".

Durante el primer acto del documental, la mirada de Greenfield adquiere una cualidad casi compasiva, como para adaptarse a los hechos de la vida temprana de Marcos. A mediados de la década de 1950, Ferdinand, entonces miembro de la Cámara de Representantes de Filipinas, se llevó a Imelda, una reina de belleza de veintitantos años, en un noviazgo de 11 días que culminó en una ceremonia de matrimonio secreta.

"Cuando estás con ella, no puedes evitar que te guste", admite Greenfield. Incluso en la película, Imelda es encantadora, un personaje efervescente ataviado con vestidos ornamentados con joyas.

En muchos sentidos, esta sigue siendo su reputación pública: una María Antonieta más conocida por encabezar proyectos arquitectónicos extravagantes y por su colección de zapatos de lujo, que se dice que tenía 3.000 pares en la década de 1980. Pero a medida que avanza la historia, comienza a comprender que ha sido objeto de una especie de desvío.

"Creo que te das cuenta, tal vez 15 minutos después de la película, que no es una narradora confiable", dice Greenfield, "sin embargo, creo que ella ve el mundo y se ve a sí misma de una manera muy diferente a como nosotros la vemos. Eso influyó en la estructura de la película, porque a menudo me quedo dentro del mundo del personaje. Pero me di cuenta en cierto punto de que su articulación de la historia no se alineaba con ningún relato objetivo ni de la historia, ni de ningún testimonio o testigo en primera persona". (www.ft.com)

Premios

• Festival de Venecia: Sección oficial (fuera de concurso)
• Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guion documental
• Movies That Matter: Selección oficial