Recreación de la vida y la obra de dos insignes creadores venezolanos, Alejandro Colina y Alfredo Cortina, tenaces artistas quienes durante la época difícil que abarca la primera mitad del siglo veinte, en el largo tránsito de la Venezuela rural a la Venezuela petrolera, trabajaron con vigor por medios diferentes para dar vida a su obra. Colina creó innumerables esculturas para las plazas públicas, imágenes que fueron referencia a una nación que comenzaba a identificarse con sus raíces. Mientras Cortina creó historias de gran popularidad en los tiempos pioneros de la radio y la televisión en Venezuela, cuyas tramas cruzaban la geografía del país rompiendo el aislamiento de regiones que apenas se reconocían. 

Seis personas hablan frente a cámara de las dificultades de lo que significa vivir hoy día en Venezuela, un país sumido en una crisis económica, política y social como nunca antes en toda su historia, lo que ha provocado un éxodo de venezolanos hacia otros países.

Marcos colecciona insectos y no encaja dentro del instituto en el que estudia, mientras Yorman colecciona las grabaciones eróticas que protagoniza en el baño y tiene el control de sus compañeros. Dentro de ese mundo regido por la violencia, Maryuri es lo único que los vincula y los enfrenta. Luego de ser víctima de bullying, Marcos caerá también en el terreno del acoso para conseguir la atención de Maryuri, y los tres llegan a un peligroso límite.

La vida aparentemente perfecta de Angelika esconde una falta de plenitud. Mientras organiza la boda de su mejor amiga, conoce a Simon, su hermano audaz y apasionado, quien desafía sus principios y creencias de vida más arraigados.