La chilena Post Mortem, de Pablo Larraín, y la mexicana El premio, dirigida por la argentina Paula Markovitch, fueron las grandes galardonadas de la 26 edición del Festival de Cine de Guadalajara (FICG) que se acaba de clausurar con un balance dual. Por un lado ganó espacio en la industria aumentado los participantes de su mercado, pero por otro falló en el cambio de sedes provocando un estancamiento en el flujo de público. Post Mortem, la historia de un empleado de la morgue que vive una historia de amor en los días que rodean al Golpe de Estados de 1973, se llevó el Mayahuel de mejor película de la competencia de largometrajes iberoamericanos de ficción, consiguiendo también el premio de mejor actor para Alfredo Castro y el de mejor fotografía para Sergio Armstrong. En la misma sección, el español Fernando León de Aranoa fue elegido como mejor director por el drama Amador, que también consiguió el premio de mejor actriz para Magalí Soler, quien interpreta a una mujer que enfrenta un dilema moral tras la muerte del hombre al que cuida. La mejor opera prima resultó la argentina El dedo, de Sergio Teubal, una comedia negra sobre el dedo de un muerto que decide el porvenir de todo un pueblo. En tanto que el Premio Especial del Jurado fue para la local Jean Gentil, de Laura Guzmán e Israel Cárdenas, el drama de un profesor haitiano desempleado; recibiendo una mención especial la española 80 egunean, de Jon Garaño, la historia del reencuentro entre dos mujeres maduras, que descubren que la relación especial que las unía en la adolescencia sigue intacta. Finalmente, el veterano realizador argentino Héctor Olivera fue premiado por su guión de El mural, la película que desvela el detrás de escena de la realización de la obra Ejercicio Plástico de David Alfaro Siqueiros, que el muralista pintó para el magnate argentino Natalio Botana. La competencia de Largometraje mexicano de ficción consagró a El premio, una historia que se desarrolla en un pueblo de la costa argentina durante la dictadura militar, que también se llevó el premio de Mejor actriz para la pequeña Paula Galinelli Hertzog. Este film, que tuvo su paso previo por la Berlinale, consiguió además una serie de distinciones de jurados paralelos: Premio Cinecolor, Premio Mezcal y Premio de la Prensa. El palmarés de la competencia mexicana se completó con el premio de mejor director para Odín Salazar por Burros, la historia de un niño que crece en un contexto particular que desvela la forma de vida en la Tierra Caliente, que también fue distinguida por la fotografía de Alejandro Cantú. Mejor opera prima fue Asalto al cine, de Iria Gómez Concheiro, y mejor guión resultó Abolición de la propiedad, escrita y dirigida por Jesús Magaña. En la categoría documental venció Morir de pie, de Jacaranda Correa, en la sección mexicana; mientras que en la iberoamericana lo hizo Nostalgia de la luz, del chileno Patricio Guzmán. Como mejores cortometrajes fueron elegidos Mari Pepa, de Samuel Kishi Leopo, en la competencia mexicana, y Ensolerado, de Ricardo Targino, en la iberoamericana. Guadalajara, además, concede recomendaciones para los Premios Globo de Oro 2012. En este año, los elegidos fueron Post Mortem, El premio, Jean Gentil y Burros. El FICG contó en esta edición con 5 sedes, donde se proyectaron unos 200 films, 68 de ellos de nacionalidad mexicana. Muchos más títulos formaron parte del Mercado de Cine Iberoamericano de Guadalajara, que este año experimentó un crecimiento del 50% en la cantidad de participantes. Burros y Amador estuvieron entre los films más procurados para su visionado. Este fortalecimiento del aspecto industrial no parece ir a la zaga en lo que refiere a asistencia de público, aunque los números oficiales indiquen que como el pasado año hubo unos 100 mil asistentes. No se vieron demasiadas funciones atiborradas de gente, una consecuencia -tal vez- del cambio de sedes y de director en una misma edición. Para 2012, la organización ha adelantado que agregará más salas de cine en Expo Guadalajara –sede principal del evento- y añadirá una jornada más al evento.