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EL UNIVERSAL / Ángel Ricardo Gómez / Martes 01 de Enero
Miranda Superstar
Miranda Superstar
La Villa del Cine avanza en la grabación de esta producción
Van más de seis semanas de grabación y faltan quizás otras seis, pero el espíritu sigue ondeando como bandera. No puede haber cansancio cuando hay tanto en juego: la Historia de Venezuela y su cine, el prestigio de los individuos involucrados, el del Estado y su productora, un presupuesto de más de cuatro millardos de bolívares... Miranda, la superproducción de la Villa del Cine, ya ha pasado por diversas locaciones: Araya, La Habana, los estudios de la Villa en Guarenas y ahora la Cuadra Bolívar en Quinta Crespo, lugar que fue casa de veraneo de la familia del Libertador. Aún falta Praga, El Jarillo... una ciudadela que fue construida en Guarenas especialmente para la producción, nuevamente Araya. Los productos finales serán una serie de televisión de varios episodios que abordarán toda la vida del prócer y una película centrada en el paso final del Generalísimo por Venezuela cuando la caída de la Primera República. "Me parece interesante que nos atrevamos a meternos en un asunto tan polémico, porque eso implica la relación de Miranda con Bolívar, situación que si tú la analizas en detalle y la ves y comprendes al calor de la circunstancia que se vivía en ese momento, pues verás allí el drama y el conflicto de dos grandes hombres con un objetivo común pero que en una situación tienen este gran desencuentro", comentó antes del rodaje Luis Alberto Lamata (Jericó, 1991 y Desnudo con naranjas, 1994), quien dirige esta producción cuyo guión corrió por cuenta de Henry Herrera con asesoría de Carmen Bohórquez. "Cinco... ¡Acción!" El sol del mediodía se hace sentir. En el set de grabación están Jorge Reyes (Francisco de Miranda) -en la foto que acompaña esta nota-, su hermana Claudia Reyes, quien da vida a su hermana en la historia, y los primeros actores Francis Rueda, como su madre, y José Torres, quien interpreta a un zambo que ha obtenido el título de blanco de la Corona española. No hay calor para estos profesionales de la actuación que a pesar de la alta temperatura del ambiente lucen elaboradas indumentarias que imitan muy bien a los de la época de juventud de Miranda. Gruesas chaquetas, sobrechalecos que guardan más vestuario, bufandas, botas... vestidos con fondo y armadores. Transcurre el siglo XVIII. En la casa del joven Francisco hay una panadería y éste practica el francés entre el humo de los hornos y el polvo de la harina de trigo. Pícaro, juega con una de las cocineras, para después ser regañado por su hermana, quien le pide que deje trabajar al personal. "Cómo se hace para odiarte y quererte tanto", le dice Francisco a su pariente, sin abandonar la risa y dándole un caluroso abrazo. Más tarde se encontrará con su madre y el zambo, quien viene a advertirle que podrían venir ataques contra su padre. Fuera del set, cámaras, micrófonos, luces, rieles, cables por doquier... mucho personal, todo lo que no se ve en la pantalla tras el producto final. Son muchas las variables que debe controlar el director antes de decir "¡Acción!". Un ruido que registró el micrófono, una planta eléctrica que se cayó, la cera de vela que se ha derramado sobre una chaqueta y hasta el ruido de un vecino que decidió practicar timbal durante aquel domingo de grabación. Lamata está satisfecho por cómo se han desarrollado las cosas, trabaja arduamente y al finalizar este trabajo, a mediados de año estará montado en el rodaje de otro proyecto suyo sobre Boves. Paralelamente, espera estar estrenando este año Corrío, una película en la que actúan Carlos Cruz, Lourdes Valera, Elba Escobar y Daniela Alvarado, entre otros, y que toca los temas de la violencia urbana y la incomunicación. Por cierto, Valera, esposa de Lamata en la vida real, visita el set y observa atentamente todo lo que ocurre. El director tiene un espacio acondicionado con una tela negra para que los reflejos no alteren la visibilidad de las imágenes en su monitor. No obstante, sale constantemente al set de grabación donde da indicaciones a los actores, extras y personal técnico. Jorge Reyes está contentísimo con su papel, dice que éste ocupa todo su tiempo desde septiembre del año pasado. Ha leído libros de Historia, revisado el diario de Miranda y hablado con mucha gente, pero tal proceso no iguala el hecho de estar en un plató reviviendo el quehacer de un personaje tan denso como Miranda. Está orgulloso de haber compartido con actores que le han aportado mucho en lo profesional: desde Francis Rueda y José Torres, con los que comparte set en aquel momento, pasando por el estadounidense Danny Glover, con quien compartió escenas, hasta Mimí Lazo, quien interpretará a Catalina de Rusia, por sólo mencionar algunos. Tras el mediodía, ha terminado la grabación. Un aplauso del equipo es sólo preliminar ante la cantidad de semanas de trabajo que quedan por delante.