La Asociación Civil Gran Cine cumple 20 años en el panorama cinematográfico del país promoviendo la cultura cinematográfica de alta factura. En su trayectoria ha ofrecido al público festivales y muestras de cine que han "paseado" a los venezolanos, y en especial a los cinéfilos, por la producción cinematográfica de distintas latitudes y de diversas facturas estéticas y temáticas.

Para hablar del tema, Contrapunto conversó con Bernardo Rotundo, quien aparte de ser el presidente de Gran Cine, es una de las personalidades que más ha "batallado" con el devenir de la actividad cinematográfica venezolana, por cuyos ojos han pasado millones de imágenes y miles de películas, y quien ha fomentado por más de 35 años las discusiones y emprendimientos de este arte en el país.

Rotundo aborda en esta entrevista los logros y retos con los que se ha enfrentado la asociación que preside, pero también habla del panorama actual del cine venezolano que, si bien ha ido dando pasos muy firmes en cuanto a la internacionalización de su producción -con los recientes galardones a varias películas y cineastas-, padece los embates de la crisis económica que vive el país.

-¿Cuáles considera que son los mayores logros que ha alcanzado Gran Cine en estos 20 años?

-Dar a conocer en el país que existe una diversidad cinematográfica y que es necesario que el público se encuentre con obras cinematográficas de distintas procedencias del mundo. Además tenemos los festivales y muestras de cine, programas que organizamos todos los años desde hace más de 20 años (Festival de Cine Español, el Latinoamericano, el de Cine Independiente Estadounidense y el de Cine Francés), y tenemos el programa popular Gran Cine Móvil, con proyecciones al aire libre. Otra de las cosas que hemos consolidado es el portal Web www.grancine.net. Poco a poco estamos dándonos a conocer internacionalmente. Estamos afiliados a la Confederación Internacional de Cine de Arte.

-¿Desde cuándo forman parte de esa confederación y cuáles son las implicaciones de esa afiliación?

-Nos afiliamos en 2004 y somos miembros categoría A. La confederación de cines de arte está formada por 4 mil salas del buen cine en el mundo y en su organización hay tres categorías: A, B y C. La A es para redes nacionales, la B para salas independientes y la C para festivales y muestras. En el caso nuestro somos categoría A y solo 7 países del mundo tienen esa membresía (entre ellos Alemania, Francia, Italia). Formamos parte de un club bastante selecto.

Sin diversidad ni pluralidad

-En estos 20 años, ¿cuáles han sido las mayores dificultades con las que se ha enfrentado Gran Cine?

-Falta que se abran más espacios para la promoción del buen cine y la cultura cinematográfica, y más salas de cine en Caracas y en las principales ciudades del país con programación permanente de buen cine y con actividades colaterales como cine foros y talleres. Creemos que en Caracas deberían existir por lo menos tres complejos cinematográficos dedicados a una promoción de calidad. Por fortuna tenemos los Cines Paseos del Trasnocho Cultural, una asociación privada que forma parte de Gran Cine y que ha hecho una gran labor en función de la promoción de la cultura cinematográfica. Lamentablemente la sala del Cine Centro Plaza dedicada al cine de autor está cerrada. No sabemos qué está ocurriendo. Hay información sobre su supuesta remodelación.

-Una de las misiones de Gran Cine es promover la cultura cinematográfica. En ese sentido, ¿cree que la actual cartelera de cine en Venezuela es diversa?

-Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos que se han hecho desde Gran Cine, observamos que la cartelera cinematográfica venezolana es una de las más pobres de América. Estuve en diciembre de 2015 en el Festival de Cine Latinoamericano de La Habana y vi más o menos 30 películas latinoamericanas, de las cuales 15 eran realmente películas de primer nivel y ninguna de esas películas podemos verlas en Venezuela. Claro, lo que no se presenta y no se ve, la gente no lo conoce y lo que no se conoce no se desea ver. Si el público no conoce, simplemente elegirá las películas mucho más comerciales o las más banales. ¡Ojo! no estamos haciendo ningún juicio de valor ni criticando, sino que simplemente es una opción dentro de varias. Lo que pasa es que en Venezuela esa opción se ha convertido en una opción única, entonces la idea es que exista diversidad y pluralidad. Siempre hemos defendido la tesis que forma parte de un derecho universal: la diversidad cultural. La única forma que en las pantallas de cine y televisión se aprecie la diversidad cultural es que haya pluralidad de cine. No se trata de imponer, sino de ir cultivando el hábito en el público.

-Concretamente, ¿cómo puede alcanzarse esa diversidad cultural en el cine?

-Abriendo más espacios, más salas de cine, y dedicando espacios en la televisión para difundir el cine venezolano. Hay que apoyar al cine nacional porque se relaciona con todos los principios de los que estoy hablando. Si el cine nacional no es apoyado y defendido por nosotros, que estamos contando nuestras propias experiencias, es difícil que podamos apoyar otras obras cinematografías. Por eso es importante que el cine venezolano crezca y se consolide gracias al esfuerzo mancomunado de toda la comunidad cinematográfica. Cabe señalar que en esa comunidad hay chavistas, antichavistas y ni-nis, pero nosotros nos reunimos y nos ponemos de acuerdo y tenemos lo que se llama, desde hace dos años, el Foro del Cine Venezolano en el que coexisten ocho organizaciones y evaluamos cuando hay amenazas u oportunidades para diseñar políticas públicas.

Cuando no ha habido apoyo del Estado al cine nacional, la caída ha sido estrepitosa. La única manera de que el público pueda apreciar obras cinematográficas es que se masifique y desmitifique el buen cine, que no solo es para intelectuales chivúos con pipa. "En estos momentos, la libertad de elección de las películas es prácticamente inexistente porque son las mismas películas que se estrenan en todos lados. En nuestra cartelera no hay diversidad", asegura Rotundo.

-Ante la crisis económica que vive el país y los venezolanos, ¿cómo se están manejando los temas de la exhibición, distribución y la adquisición de películas?

-La ausencia de obras cinematográficas diversas en el país se agudizó aún más, pero esto es de vieja data. El hecho de que estemos viviendo una crisis económica no es la causa principal de que no se estén viendo más películas. Es un problema que tiene muchos años, porque entre el 90% y el 95% de lo que se presenta en Venezuela es originario de los estudios de Hollywood, y el 5% o 10% es de Venezuela u otros países. Esa concentración de la mirada del público obviamente limita el espectro de apreciación crítica del público. Lo que nosotros estamos intentando promover es que se amplíe, pero resulta que en tiempos de crisis se radicaliza aún más. El público quiere ver el cine originario de Hollywood, y ojo, a mí me encanta y respeto la industria hollywodense, pero la idea es que puedan coexistir el de Hollywood con el cine venezolano y latinoamericano, y lograr un ecosistema audiovisual equilibrado. Ahorita hay cierta aridez, porque hay una sola tendencia que impide que otras miradas, otros discursos y otras narrativas puedan ser apreciadas por el público venezolano. Quisiéramos que se vean obras de Hollywood, pero también latinoamericanas, europeas, asiáticas y africanas.

-¿Cómo prevé el comportamiento del cine nacional en los próximos años?

-En tiempos de crisis es cuando más se debe trabajar y más tienes que proponer salidas y propuestas. En el Foro del Cine Venezolano nos reunimos una vez a la semana y estamos propiciando encuentros con el Ejecutivo Nacional y la Asamblea Nacional, en aras de discutir la segunda reforma de la Ley de Cinematografía Nacional. Creemos que contamos con una ley de primera, que ha sido producto de años de luchas históricas de los cineastas desde la década de los sesenta (…) Nuestra idea es perfeccionar los éxitos que hemos tenido y mejorar los ingresos para seguir produciendo.

"La asignatura pendiente que tenemos es que ya se están haciendo las películas pero hay que pensar dónde y cómo exhibirlas, cómo distribuirlas y cómo lograr que tengan mayor independencia y libertad de actuación. Estamos trabajando en el presupuesto participativo del CNAC y se siguen produciendo películas con dificultades porque los costos sin duda se han disparado, y la producción depende de los dólares que están escasos y costosos, pero eso no significa que la industria se haya detenido. Nos golpeó el tema de la crisis energética porque los estrenos se pospusieron, pero en los próximos meses del año el cine nacional estrenará una película semanal", asegura Rotundo.

-¿Cuáles son los aspectos fundamentales de esa segunda reforma de la Ley de Cine?

-Hicimos un papel de trabajo que presentamos a la Asamblea Nacional, la cual nos está recibiendo una vez al mes para discutir cada uno de los temas. Básicamente proponemos la generación de más ingresos propios para el cine nacional; crear estímulos a los exhibidores, salas de cine y a los distribuidores que apoyen al cine venezolano mediante excenciones de impuestos. También se plantea revisar los incumplimientos para aplicar las debidas sanciones, y propiciar la diversidad cultural en el cine, estimulando la existencia de exhibidores y distribuidores independientes y alternativos en el país. No dejamos de decir que ha sido un proceso difícil la situación por la que atraviesa el país, pero nosotros somos optimistas y creemos que el cine venezolano seguirá dando más buenas noticias.