La visita del equipo de Tropa de Elite, con el Oso de Oro en mano obtenido en el reciente Festival de Cine de Berlín, fue la excusa perfecta para que el presidente de Brasil, Luiz Inácio "Lula" Da Silva, se permitiera hacer una foto de familia asegurando que ofrecerá mayor apoyo al cine local, en vista de la repercusión internacional del producto nacional. El realizador José Padilha y el actor Wagner Moura comparecieron ante el mandatario, en una reunión de la que todos han salido muy contentos y con la ilusión de que el premio será un espaldarazo para el crecimiento del cine nacional. De acuerdo a la prensa brasileña, el presidente de la Agência Nacional de Cinema (Ancine), Manoel Rangel, aseguró que "Lula" se comprometió a "reforzar junto a las grandes empresas brasileñas la necesidad de seguir invirtiendo en el cine nacional". También indicó, que el presidente desea retomar las exhibiciones de cine local en el Palácio da Alvorada, una práctica que desarrolló al inicio de su mandato anterior. Por su parte, Padilha no escondió su satisfacción, y aseguró que la reunión fue "una celebración", siendo la obtención de este premio "una victoria de una política de apoyo al cine que viene desde el inicio del gobierno". Una vez más, el realizador defendió a Tropa de elite de los detractores que ven en ella una película fascista, que ofrece una imagen positiva del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), el cual es centro de la historia donde se muestra la forma de accionar de este violento grupo policial que se enfrenta a las bandas de narcos de las favelas. "Creo que no es así. Esa es una lectura superficial del film. No fue lo que Costa-Gavras entendió", concluyó Padilha, haciendo referencia al cineasta que sirvió de presidente del jurado de la Berlinale, que le otorgó el Oso de Oro de la edición 2008. Se calcula que más de 3 millones de personas vieron este film en las salas brasileñas, ascendiendo hasta 11 millones sus espectadores por las miles de copias piratas que circularon, aún mucho antes de su estreno.