Tras la muerte de un Papa, el Cónclave de obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo se reúne para elegir a su sucesor. Después de varias votaciones infructuosas, que se anuncian con la salida de una humareda negra, se ve, por fin, la "fumata bianca" que indica que "habemus papam". Los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan con entusiasmo y fervor que el nuevo pontífice, siguiendo la tradición, se asome a una de las ventanas que dan a la plaza. Sin embargo, esperan en vano. Por alguna razón, el nuevo Papa no parece estar en condiciones de soportar el peso de tal responsabilidad. Mientras la inquietud se apodera del mundo católico, en el Vaticano, se busca desesperadamente una solución para superar la crisis.

Comprometido con el entorno social italiano, la filmografía del actor, productor, guionista y director de cine italiano Nanni Moretti (nacido como Giovanni Moretti en Brunico, provincia de Bolzano, 1953) se caracteriza por su innegable ironía y sarcasmo con el que aborda los lugares comunes y la crítica social y política del país.

Su infancia transcurre en Roma y desde su adolescencia comienza a cultivar sus dos pasiones: El waterpolo y el cine.

Sus comienzos como realizador se remontan a 1973, con el cortometraje La sconfitta (La derrota), historia de la crisis de un militante de los movimientos del 68 en clave de humor, al que sigue el también cortometraje Paté de bourgeois (juego de palabras entre 'paté de foiegrass' y 'épater les bourgeois') y, en 1974, el mediometraje Come parli frate?, parodia de Los novios, de Manzoni en que interpreta el papel de Don Rodrigo.

En 1976 rueda su primer largometraje, Io sono un autarchico, en el que aparece por primera vez su personaje Michele Apicella. Ese mismo año los hermanos Taviani le ofrecen un papel en su destacada Padre padrone. Su primera película con medios profesionales se remonta a 1978, Ecce bombo, y consigue un inesperado éxito de público y económico, que hace a la crítica reparar en él. En los años siguientes dirigirá y protagonizará múltiples películas.

En la década de los ochenta, de su filmografía sobresalen títulos como Sogni d’oro (1981), comedia que recibió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia; La messa è finita (1984), magnífico drama sobre un joven sacerdote (interpretado por el propio Moretti) que intenta sin conseguirlo cambiar las cosas a su alrededor; Palombella rossa (1989), tributo a su otra pasión, el waterpolo, y una mirada crítica a la realidad política italiana a través de un jugador que pierde momentáneamente la memoria.

La aclamada Caro diario (1993), que recibió el premio a la Mejor Dirección en Cannes, es una película constituida por tres episodios de carácter autobiográfico, enfocados con estilo documental, en los que Moretti se interpreta a sí mismo. A partir de ese momento se acentúa la implicación política de Moretti, coincidiendo con el paso del financiero Silvio Berlusconi a la política.

Vuelve a interpretarse a sí mismo en Aprile (1998), en la cual cuenta, en primera persona, sus experiencias personales como si fueran la crónica de un diario. En 2001 dirige La habitación del hijo (La stanza del figlio), poderoso drama que narra las consecuencias que la muerte accidental de un hijo provoca en una familia pequeño-burguesa. La película gana la Palma de Oro del Festival de Cannes.

En 2002 se convierte en uno de los portavoces de la posición crítica contra los políticos tanto de centro-derecha (en el poder) como de centro-izquierda (en la oposición) y será uno de los promotores de los movimientos de protesta conocidos como "girotondi".

Después de su triunfo con La habitación del hijo, Moretti rueda los cortos documentales Il grido d'angoscia dell'uccello predatore — Tagli d'Aprile (2001), realizado a partir de fragmentos de Aprile, y The Last Customer (2003), para luego volver a la polémica con el largometraje Il caimano (2006), inspirado en la figura de Silvio Berlusconi y presentado en plena campaña electoral para las elecciones políticas de ese mismo año, suscitando numerosas controversias polémicas al presentar visiones apocalípticas seguido de un rechazo al líder de Forza Italia, y de instarle a abandonar el poder.

La política desaparece en Caos calmo (2008), drama escrito y protagonizado por Moretti, dirigido por Antonio Luigi Grimaldi.

Habemus Papam (2001), su undécima película, rodada en Roma, protagonizada por Michel Piccoli, formó parte de la selección oficial del Festival de Cannes 2011. Su estreno en Italia provocó, como era de esperarse, toda clase de reacciones de los grupos católico más conservadores.

Piccoli encarna a una sacerdote que es elegido como el nuevo Papa de la Iglesia Católica y, ante esta situación, sufre una crisis porque no se siente capacitado para tan gran desempeño. Moreti interpreta al psicólogo al cual el mismo Vaticano debe recurrir para tratar de curarlo. Pero el nuevo Papa se fuga a Roma, para encontrarse a sí mismo...

“Quería mezclar mundos distintos, que por lo general ni siquiera se tocan” -dice el realizador de Caro diario-. “No es habitual que un Papa se cruce con gente en una cafetería, combinar el universo de los curas y hasta 'La gaviota', de Chejov. Es que creo que hay algo en común entre el teatro y el Vaticano.”

El director habla de la participación del Vaticano en la concepción del film: “El Vaticano no obstaculizó ni apoyó Habemus Papam. Nosotros recreamos los escenarios en un estudio. Yo no soy católico. Mi película no ataca a los creyentes porque me siento como Buñuel, que decía ‘Soy ateo, gracias a Dios’. Antes de filmar volví a ver El discreto encanto de la burguesía, y hasta La vía Láctea, pero mis ironías, en todo caso, no tienen que ver con las de Buñuel”.

Pero, contrario a su condición de provocador y polémico, y para sorpresa de muchos, en la cinta Moretti no ataca al clero: “Me gusta sorprender” -dice el realizador de La habitación del hijo-. “Esperaban que atacara el Vaticano, que hablara de los escándalos financieros y hasta de los pedófilos. Claro que me informé sobre eso, y siento que la Iglesia perdió autoridad y credibilidad. Pero es mi guión, mi película, y son mis cardenales y mi Vaticano”. (Dlaraciones de Nanni Moreti tomadas de: www.clarin.com)