SINOPSIS
Una historia de destinos cruzados. A Stéphane, se le presenta un negocio arriesgado que podría cambiar su vida. Zohra ha llegado desde Argelia para comprender la muerte de su hijo, asesinado en Francia. Laure vive su primer amor con un revolucionario ingenuo y entusiasta. Nada los unía a ellos tres, hasta que se encuentran en la sala de espera de una prisión. Es ahí donde las pasiones se exacerban y cada uno debe tomar las riendas de su destino. Uno lo hace primero y los otros lo siguen.
REFERENCIA

Realizadora y guionista, graduada en La Fémis (en especialidad de guión) y en Ciné Sup de Nantes, tras escribir unos cuantos cortometrajes y dirigir otro (Sauf silence, 2007), Léa Fehner (Toulouse, 1981) debuta con su primer largometraje: Voces silenciosas (Qu’un seul tienne et les autres suivront, 2009), un drama de historias que se cruzan en la sala de visitas de una prisión y que obtuvo el premio Luis Delluc como Mejor Ópera Prima y los premios Lumières y Étoile d’Or para Pauline Etienne como Actriz Revelación.

La película también se presentó en el Festival de Venecia en la sección Venise Days.

El título original de la película, “Qu’un seul tienne et les autres suivront”, podría traducirse como “Que uno lo tenga y los otros seguirán”, la directora da algunas explicaciones sobre este intrigante título: "Quería un título que fuera como una llamada, una voz de resistencia, una precaución a ‘tener’ en cuenta frente a la adversidad por la que cada uno de mis personajes atraviesa. Algo que también hablara del coraje que cada uno desarrolla en el corazón de su historia. (…) Siempre quise mostrar a personajes que tratan de mantenerse en pie, de enfrentar sus historias independientemente de su medio ambiente, independientemente de las dificultades que enfrentan. Es esta noción de dignidad que quise transmitir con este título. Esto también contrasta con la primera escena de la película en la entrada de la sala de visitas a la cárcel, donde vemos a una mujer llorando, implorando por ayuda y recibe como respuesta solo el silencio. Es decir, el ‘otro’ no existe. Se entiende a lo largo del film lo que hay detrás de este silencio. Es esta paradoja entre la soledad y lo comunitario lo que yo quería explorar; la paradoja que se vive con mucha fuerza en la sala de una prisión”.

Léa Fehner recuerda la génesis del proyecto: "Cuando yo vivía en Toulouse, mi colegio era contiguo a una prisión, la prisión de Saint Michel. Mis amigos y yo estábamos fascinados por este sitio todo el tiempo y tratábamos de ver algo detrás de esos muros a través de las rejas. Para mí, hubo un choque revelador: un día, una mujer llegó e hizo una escaramuza salvaje, empezó a gritar algo muy íntimo para que su marido la escuchara desde su celda. Y esta imagen se me quedó grabada. Así que, hace seis años, empecé a trabajar para SEP 91 (Apoyo de Escucha a las Prisiones), en Fleury Mérogis, una asociación que apoya a las familias de los prisioneros (.. .) Hice muchas reuniones, muchas de ellas muy fuertes, y empecé como a querer hablar de estas historias... Al mismo tiempo, también hubo una serie de fotos que me marcaron, las de Mathieu Pernot, “Les hurleurs”, sobre las salas de espera (...) De todas estas visiones acumuladas desde la adolescencia, emergió con fuerza un tema que las relaciona.: ¿Por qué en prisión, algunos ‘tienen’ y otros no? ¿Por qué algunos abandonan a quienes están dentro y otros sacrifican su propia libertad? "

Voces silenciosas se rodó en un centro de detención en el sur de Francia. "Las visitas tenían lugar los sábados y los domingos, y evitamos interrumpir estas visitas de familiares con el rodaje", recuerda Léa Fehner. "Se pudo filmar el exterior, el atrio, pero también el interior, los pórticos, los pasillos. La sala de espera se construyó en estudio para tener la libertad necesaria en la puesta en escena”.