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Familias, bandas y otros demonios en una fría Berlinale
Familias, bandas y otros demonios en una fría Berlinale
Demi Moore, la ex glamorosa estrella de Hollywood presentó una producción independiente dirigida por el actor y realizador americano Mitchell Lichtenstein
Historias de familias, venganzas, violencia y tragedia se unieron este frío, nevado y ventoso miércoles en la competencia berlinesa por el Oso de Oro. El máximo protagonismo mediático de la jornada fue para Demi Moore, cuyo drama independiente Happy Tears, de Mitchell Lichtenstein, no acabó de entusiasmar. Tampoco lo hizo a pesar de su mayor riesgo Katalin Varga, coproducción rumano-húngara dirigida por el británico Peter Strickland. Fuera de competencia se presentó la "biopic" rapera Notorius. Las lágrimas del título del film protagonizado por Moore son las que afloran en la vida de Jayne (Parker Posey) y Laura (Moore), obligadas a regresar al hogar familiar cuando su padre (Rip Torn), ya de más de 70 años, da primeras señales de necesitar atención especial por problemas fisiológicos y mentales. Claro que su padre no es un tranquilo jubilado convencional, sino que vive con una prostituta yonqui (Ellen Barkin) más joven que él y se pasa el tiempo cantando blues. Ni que decir tiene que el ambiente en la casa no es precisamente para tirar cohetes, ya que cada cual tiene sus propios problemas de relación. Tampoco lo es la película en sí de Lichtenstein, actor televisivo e hijo del mítico artista pop Roy Lichtenstein, que ha gustado a algunos y no tanto a otros. Demi Moore, otrora rutilante y glamourosa estrella, madura plácidamente, y a los 46 años sigue hermosa, aceptando papeles poco convencionales en producciones de bajo presupuesto como el de esta mujer normal a la que no le duelen prendas cuando debe limpiar la incontinencia física de su anciano padre. No parece echar de menos los días de gloria cuando los grandes estudios se disputaban por tenerla en sus películas. Otra mujer conduce la acción del segundo film competitivo del día, Katalin Varga. Se trata una madre y esposa aún joven cuyo marido la echa de casa cuando se entera de que Orbán no es en realidad su hijo, sino fruto de una relación con otro hombre. Katalin emprende entonces con el niño un viaje en carreta a través de los Carpatos con la excusa de visitar a su madre pero en realidad para localizar al verdadero padre y de paso saldar cuentas con el pasado, con los dos hombres que la violaron años atrás. Localiza a uno de ellos, que no la reconoce e intenta filtrear. Lo mata y, mientras es perseguida por la familia de su víctima, parte en busca del segundo. Este resulta no ser el monstruo que ella esperaba y acoge a Katalin y su hijo con cariño. Las ansias de venganza de la mujer de honor mancillado ya no son tan claras... Melodrama oscuro, rural y trágico, Katalin Varga tampoco logró la unanimidad del Berlinale Palast. Se trata de la ópera prima del también guionista Peter Strickland, quien previamente dirigió teatro y filmó varios cortos más o menos experimentales. La jornada se cerró con -fuera de competición- la producción norteamericana de George Tillman Jr. Notorius, "biopic" del asesinado rapero afroamericano Christopher Wallace, más conocido como The Notorious B.I.G., desde su infancia y juventud en Brooklyn hasta su muerte a tiros en 1997 en Los Angeles como consecuencia de la violenta enemistad entre sus fans y los de su competidor Tupac Shakur, quien a su vez fue igualmente asesinado.