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Historias de guerra en Venecia: Tiemble después de haber reído
Historias de guerra en Venecia: Tiemble después de haber reído
Una comedia sobre la invasión a Irak y un drama sobre la guerra del Líbano del 82, han dejado poco margen para el drama femenino de Francesca Cemencini
Una sección fija de la añorada revista de humor española, válvula escapista durante el franquismo, La Codorniz, se llamaba "Tiemble después de haber reído". Eso es lo que ha ocurrido este martes en la Mostra de Venecia. The Men Who Stare at Goats y Lebanon, dos diferentes aproximaciones al fenómeno bélico, ambas relacionadas con el Oriente Medio, han provocado respectivamente carcajadas y angustia en la Gran Sala del Lido. En el inexplicable criterio de Marco Müller, la primera no concursaba por el León, pero sí la segunda, un claustrofóbico film israelí que se desarrolla durante la invasión del Libano por Israel en 1982. También concursó el italiano Lo spazio bianco, de Francesca Comencini. Comedia vitriólica, The Men Who Stare at Goats, la cinta que George Clooney filmó con Ewan McGregor, Jeff Bridges y Kevin Spacey en Puerto Rico -han coincidido la mayor parte de los críticos- va camino de ser la más exitosa aproximación de Hollywood a la ocupación de Irak, tema que hasta ahora no ha sido demasiado apreciado por su audiencia local. Basada "libremente" en un libro de no ficción escrito por el británico Jon Ronson, y producida por el propio Clooney, trata de las andanzas de un disparatado grupo de soldados norteamericanos que pertenecen a un secreto departamento del Pentágono dedicado a combatir al enemigo con poderes parapsicolócos... o algo así. La ha dirigido, en un tono que irremediablemente recuerda a las mejores comedias de los hermanos Coen, Grant Heslov, quien previamente había colaborado con Clooney en el guión de Buenas noches, y buena suerte. The Men Who Stare at Goats muestra en diferentes épocas, incluída la invasión de Irak por orden de Bush, de esos locos integrantes de la "inteligencia militar". Con ella, George Clooney, que apareció con una mano vendada por un accidente doméstico aquí en el Lido, se asienta como el astro de la temporada, ya que en Toronto tiene en los próximos días ésta misma película y otra más de la que llegan también muy positivos comentarios, Up in the Air. Se estrenarán en los dos últimos meses de este año y podrían convertirse en sucesos muy taquilleros. La de Lebanon es sin duda otra guerra. La de verdad. Rara vez el cine ha hecho vivir a sus espectadores una experiencia tan parecida a la de los soldados en medio del combate. El film de Samuel Maoz, que revive la propia traumática experiencia de su guionista y director, se desarrolla casi íntegramente en el interior de un tanque israelí varado en mitad de territorio libanés durante la primera invasión del 82. No puede moverse como consecuencia del combate, y sólo puede disparar. En la penumbra de la minúscula cabina del carro de combate, cuatro soldados contemplan a través de la estrella mirilla del tanque el horror que han provocado, la muerte de civiles por sus cañonazos, la ira de los supervivientes... Es la autenticidad de una experiencia que al paso de los años Maoz ha sido capaz de recrear hasta helar la sangre de su público y sumirlo en la misma angustia humana de cuatro personas encerradas a merced de la respuesta armada de los libaneses y palestinos, pero aún con capacidad de matar. Muchos han marcado Lebanon en sus agendas como un posible León de Oro. En esta jornada fuerte en emociones contrapuestas, a la pobre Francesca Comencini le tocó un papel secundario. Su Lo spazio bianco es un drama sobre una madura madre soltera que da a luz prematuramente y se enfrenta a tres meses de incubadora para su criatura. Buena parte de la acción de desarrolla en el hospital donde se encuentra con otras madres en circunstancias parecidas. Se trata de un film con sensibilidad femenina contagiosa, que ha gustado.