A los 86 años falleció el pasado fin de semana uno de los decanos del cine argentino, Anibal Di Salvo, realizador y director de fotografía de larga trayectoria, que se inició como camarógrafo en 1942. Su último film en tanto que director, Me robaron el papel picado, fue estrenado el año pasado. Di Salvo había iniciado su actividad como ayudante de cámara en Melodías de América, de Eduardo Morera, en los primeros 40 y se desempeñó como camarógrafo hasta 1960, participando en ciento sesenta largometrajes y veinte documentales. Fue iluminador de casi toda la filmografía de Leopoldo Torre Nilsson, además de colaborar con Lucas Demare, René Mugica, Hugo del Carril y Mario Sóffici. Trayectoria (1960), su primer cortometraje como director, fue premiado por el Fondo Nacional de las Artes. En 1981 dirigió en video Matías y los otros, que en 1983, con el título de El caso Matías fue trasladado a 35mm y demostró sensibilidad y el maduro oficio de Di Salvo. Como realizador se le deben sumar titulos tales como Atrapadas (1984), Seguridad personal (1985) y Las lobas (1986). En 1997 rodó El Ché y, tras cinco años de inactividad, Chúmbale (2001), versión de la obra de Oscar Viale, que protagonizó Enrique Pinti. En 2009 estrenó Me robaron el papel picado, de la que fue igualmente guionista. En 2001 recibió el Premio Cóndor de Plata a la trayectoria de la Asociación de Cronistas Cinematográficos y en 2004 el de SICA. Su labor como fotógrafo se destacó en títulos como El dependiente (1969), Martin Fierro (1968) (premio de cronistas a la mejor fotografía en color), El santo de la espada (1970), Güemes, la tierra en armas (1971), La mafia (1972) (premio de cronistas a la Mejor fotografía en color), Los siete locos (1973), Boquitas pintadas (1974), Los chantas (1975), y Bairoletto (1985), entre muchas otras. Había nacido el 5 de Octubre de 1924 en Bella Vista, Provincia de Buenos Aires.