Roman Polanski vuelve a ser un ciudadano libre... siempre que no pise un país donde pueda seguir siendo perseguido por la Justicia norteamericana. Así lo ha anunciado a primera hora de la tarde en una rueda de prensa celebrada en Berna la ministra suiza de Justicia, Eveline Widmer-Schlumpf, rechazando la demanda de extradición solicitada desde un tribunal californiano. De esta forma se pone fin a un tortuoso proceso de nueve meses desde que los helvéticos le detuvieron por una demanda norteamericana en relación con la violación de una adolescente de 13 años hace más de tres décadas. Las autoridades judiciales suizas han rechazo extraditar a Polanski aludiendo a las dudas sobre el proceso. El departamento de Justicia de EEUU no quiso enviar la declaración verbal de interrogatorio al que fuera fiscal del caso hace más de 30 años, Roger Gunson, por considerarlo un documento confidencial. Por tanto, dictamina la Justicia helvética que no puede excluirse la posibilidad de que sea cierta la aseveración del cineasta en el sentido de que hubo un acuerdo extrajudicial para que el caso fuera sobreseído a cambio de una estancia de 42 días en prisión. El cineasta polaco-francés ha pasado los últimos siete meses en detención domiciliaria en su chalet alpino de Gstaad, tras haber abonado una fianza de 3 millones de euros. Fue detenido el 26 de septiembre del año pasado cuando llegó a Zurich como invitado del festival de cine de esta ciudad, para un homenaje. Las autoridades judiciales norteamericanas habían tenido conocimiento previo del viaje y presentaron una petición internacional de caza y captura, y posteriormente otra de extradición, esta última en octubre. Desde entonces, los abogados de Polanski y la fiscalía californiana se han enzarzado en una lucha legal en contra y a favor de su reclamo a comparecer ante un juez norteamericano para responder al antiguo caso de violación de una menor, que según Polanski ya se saldó con esa estancia de 42 días en prisión por un acuerdo con el ya fallecido juez del caso, del cual éste se retractó posteriormente. Por su parte, los norteamericanos localizaron a otra supuesta víctima de abusos, años más tarde, del autor de El bebé de Rosemary. El cineasta, cuya última película estrenada fue The Ghost Writer, podrá regresar a su residencia habitual en París, a Polonia o -como subrayó la ministra suiza- a cualquier otro país donde no sea detenido. La elevada edad del reo (76 años) no ha sido tenida en cuenta en la respuesta al pedido de extradición, habían adelantado las autoridades judiciales suizas antes de anunciar su fallo.