Dos historias entrelazadas que involucra a una madre (Kim Basinger) en su intento por establecer un núcleo con su hija (Charlize Theron), luego de una difícil infancia. Bienvenido al drama Corazones ardientes (2008), dirigida por el mexicano Guillermo Arriaga, quien viene de sumar laureles como guionista de Amores perros, 21 gramos, Los tres entierros de Melquíades Estrada y Babel, por la que fue nominado al Oscar. Lo caracteriza el quiebre de la estructura narrativa y la separación entre tiempo cronológico y espacio. “Cada historia tiene una forma distinta de ser contada. Nunca son lineales y me parece injusto las visiones simplistas del mundo. Esa es mi manera. Quiero que lo que escribo seduzca a la gente. Eso es el cine para mí: un acto de seducción”, confesó Arriaga a PANORAMA luego de presentar el filme en el Festival de Cine de Aruba, el pasado mes de junio. Corazones ardientes vuelve a abordar la universalidad, la interconexión humana, la confluencia de personajes y amalgama de emociones cargados de tristeza y melancolía. Arriaga toma postura: “Yo personalmente soy un optimista compulsivo. Eso no quiere decir que mis personajes lo sean. Lo que hago es escribir lo que ellos tangen que decirme. No los fuerzo a una visión del mundo que sea el mío”. Aparte de Basinger y Theron, actúan también Joaquim de Almedia, John Corbertt y José María Yaspik. "Corazones ardientes es de todos los que trabajamos de ella. Cuando sientes que eres el único autor de una película ya estás teniendo un problema de ego serio”, sostuvo.