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WWW.EL-NACIONAL.COM / Humberto Sánchez Amaya / Fotos: Williams Marrero / Miércoles 24 de Agosto
Hay salas de cine que protagonizan su propia historia de suspenso
Hay salas de cine que protagonizan su propia historia de suspenso

Lugares para la exhibición de filmes como La Previsora o Centro Plaza, que ofrecían filmes alternativos, se encuentran cerrados.

 

 

La marquesina del Cine La Previsora que antes anunciaba películas como Irreversible de Gaspar Noé, ahora solo muestra la imagen de un Hugo Chávez rozagante, vestido de azul, haciendo un saludo militar. Los símbolos chavistas saturan la entrada del edificio que alguna vez tuvo una de las salas de cine alternativo más importantes de la ciudad.

 

En 1973, cuando se construyó la Torre La Previsora, se inauguró el cine con el filme búlgaro Cuerno de cabra de Metodi Andonov. José Pisano fue programador de la sala y luego gerente general de la Fundación Previsora, donde estuvo hasta el año 2000. “La empresa decidió crear una institución con objetivo cultural. La sala era administrada por Cines Unidos. Conversamos con ellos y quedó en nuestras manos”, recuerda.

 

Pisano empezó a trabajar en el año 2000 en Cines Unidos, pero continuó como asesor de la programación. Cuando Hugo Chávez expropió Seguros La Previsora, la sala continuó operativa. “Pero en 2014 Nicolás Maduro anunció que pasaba a manos del Gobierno del Distrito Capital”, dice el actual director de Blancica sobre un lugar que ahora no presta servicios.

 

En La Previsora emularon lo que George Korda hacía en Centro Plaza, que en esos años se caracterizó por ofrecer una cartelera diferente. Luego pasó a manos de Cinex y en estos momentos está cerrada. Los problemas para digitalizar dos de las tres salas que posee fue una de las razones. Personas vinculadas a la cadena aseguran que aún evalúan qué harán.

 

Un poco más arriba de la Torre La Previsora, en la avenida Andrés Bello, se encuentra el Cine Prensa, pero una iglesia evangélica ocupa sus espacios. Livio Quiroz fue codirector de este cine, que funcionaba en la sede del Colegio Nacional de Periodistas. “Algunas de las razones del cierre fueron la falta de estacionamiento y la peligrosidad de la zona. Disminuyó el público y dejó de ser productivo”, afirma quien es director general del Cine Celarg 3, que también funciona bajo la figura de arrendamiento.

 

El Cine Baralt se mantuvo hasta 2013. Luis Lamana estuvo al frente del lugar la última década: “En 2003 estaba en quiebra y hablamos con los dueños del local, la familia Valentinier, para hacernos cargo. Cuando murió el señor Guillermo, sin embargo, le quedó a una hija y decidió darle otro uso”.

 

El presidente de la Asociación Venezolana de Exhibidores de Películas, Abdel Güerere, indica que en los últimos años ha habido un rescate de algunas salas por parte del Estado, entre ellas el Cine Cipreses y el Aquiles Nazoa, antes llamado Cine Urdaneta. Igualmente, destaca la existencia de lugares para exhibir películas en Calabozo o Puerto Ayacucho “Han crecido en número las salas de cine alternativo, pero yo no he visto programación cinematográfica”, afirma.

 

Entre los sitios recuperados está el Centro Cultural Parque Central, donde está la sala Antonieta Colón, en la que puede proyectarse una cinta como Maisanta, pero también puede reunirse el Frente Francisco de Miranda. En la sala Margot Benacerraf de Unearte, donde antes estaba el Ateneo de Caracas, la programación es irregular. Actualmente está cerrada por vacaciones.

 

A pesar de todo, estos lugares no suelen ser concurridos. De acuerdo con el estudio Imaginarios y Consumos Culturales, realizado por el Ministerio de Cultura en 2015, solo 12% de los encuestados fue a una institución pública a ver películas, mientras que 87% dijo que prefiere las salas privadas. 

 

CIFRA

12% de la población asiste a salas del Estado a ver películas, según el estudio Imaginarios y Consumos Culturales.