En Mayo de 1948, justo antes de la creación del estado de Israel, un grupo de judíos sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial navega a bordo del navío Kedma, palabra que significa ”hacia el Oriente”, con dirección a Palestina. Allí se encontrarán de pronto en un lugar inhóspito, ocupado por una población que se resiste al desalojo.

La tercera película de Amos Gitai cuyo nombre empieza con la letra ‘k’, después de Kadosh (1999) y Kippour (2000), seleccionada también para la competencia oficial de Cannes, es Kedma (2002), una película histórica acerca de la llegada de inmigrantes judíos europeos a Palestina.

Gitai filma a su propio país como nadie: ante todo los paisajes, luego los rostros, pero también el ruido de las armas y de las voces de los que llegan a una nueva tierra. Centrándose en la historia de las personas, construye su film a partir de las anécdotas y los recuerdos de cada una de ellas. Incluso se ha dicho que lo que está en el guión final recibe numerosos cambios al momento del rodaje.

“Primero deseaba reunir las historias y las voces de la gente que sobrevivió en esa época”, señala el director. “Deseaba entender sus sueños y sus desilusiones, escuchar sus voces. Estos hombres y estas mujeres que llegaron de Europa no estaban preparados para el viaje. Ellos podrían hablar alemán, o polaco, o incluso Yiddish, pero muchos de ellos no entendía una palabra del hebreo.”

Como se ha vuelto recurrente en su forma de filmar, Gitai rueda de forma rápida. 5 semanas bastaron para que Kedma estuviera lista, un film que relata la historia de unos viajeros que llegan dos semanas antes de la creación del Estado de Israel, con todas las consecuencias que esto significaba -y significa aún hoy día-: “Muchos de mis films tratan sobre el exilio. Tanto si es acerca del exilio interior como del que trata de personas desplazadas; desplazadas, digo, en el tiempo y en el espacio. Hay muchos exilios cruzados, de manera trágica, en una misma tierra: exilio de judíos, exilio de palestinos… En mis films previos, siempre usaba la biografía de mis actores para construir la historia. Aquí no trato de yuxtaponer destinos individuales. Trato de observar cómo el destino de mis personajes toma transformaciones importantes durante un limitado período de tiempo”.