SINOPSIS
Catalina y Ágata son dos hermanas gemelas que desde niñas han tenido una conexión casi telepática. Una noche, Ágata sufre un accidente que la deja atrapada entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Junto con Nuño, su gran amigo, y Omar, el novio de su hermana, Catalina tendrá que resolver el misterio que envuelve el trágico accidente, internándose cada vez más dentro de un mundo aterrador del que no hay regreso.
REFERENCIA

Ópera prima de Rigoberto Casteñeda (México, 1973) quien afirma haber crecido influenciado por la fantasía de películas como Star Wars y su filme favorito de terror El resplandor (The Shining, 1980) de Stanley Kubrik. “Me gustan las emociones fuertes, dan muchas cosas que no te dan otros géneros. Te dan un estrés que te liberan, te dan catársis, te dan ese entretenimiento que es como un ataque de adrenalina para que por un momento te olvides por completo de tu vida personal" (www.filmweb.net)

Con respecto a Kilómetro 31 (2006), Casteñeda afirma: “La trama tiene su corazón en el miedo a lo desconocido, combina la dinámica fundamental de un thriller con el terror psicológico. Adaptando una maravillosa y profundamente perturbadora leyenda colonial y evocándola para reinventarla, haciéndola más amenazante y real para el espectador actual. La estructura del guión está pensada para mantener la tensión constantemente, sin permitir que el espectador descanse por más tiempo del necesario, subiendo y bajando sin cesar en la intensidad dramática. Alucinaciones, pesadillas y apariciones se extienden de forma rítmica a todo lo largo del guión. A pesar de esto, en el fondo se trata de una estructura de lo más sencilla y lineal, que va descubriendo y proporcionando claves, deshilando la trama, dejando una estela dentro de la estructura de guión para dar al espectador una sensación general de premonición”.

Para construir la historia de Kilómetro 31, Castañeda retomó leyendas mexicanas como “La llorona”. Entre filmación y producción, la cinta duró dos años en llevarse a los cines. Cuentan que durante el rodaje se vivieron sucesos extraños y los momentos más difíciles para el director fueron cuando "cerramos Río Mixcoac y filmamos en el Desierto de los leones a media noche con muy bajas temperaturas, con un niño de 7 años, eso es realmente muy complicado y muy desesperante".

Algo que enorgullece tanto a Rigoberto Castañeda como a los productores Billy y Fernando Rozvar es que los efectos visuales fueron hechos en su totalidad en México, lo cual da pauta para que los realizadores locales realicen más películas que involucren la fantasía con la realidad en el cine.

Ante la buena noticia de los resultados en taquilla de su película, el director asegura en entrevista que sus propuestas fílmicas a futuro no se saldrán del suspenso y el miedo. “Creo que nunca haría una comedia”, asegura el director que desde pequeño sintió especial gusto por provocar “susto” entre la gente.