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DIARIO EL NACIONAL / Nerea Dolara / Martes 01 de Enero
Lamata no pierde sueño por el Goya

"El enemigo" competirá por una postulación a los premios españoles / El director señala que su cinta descansa en el diálogo y no sabe si atraiga a los miembros de la academia
Para Luis ALberto Lamata, haber sido escogido por el Comité Ejecutivo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía para competir por una postulación a Mejor Película Extranjera en los premios Goya es una gran satisfacción, aunque no sabe su si historia, tan de aquí, vaya a calar en los gustos de los seleccionadores de la Academia de Cine española."Tuve la oportunidad de que Jericó fuera nominada, si El enemigo logra algo parecido o no, no me quita el sueño. Con el tiempo uno aprende que hace cine porque le gusta hacerlo. Cuando empiezas a pensar en premios haces malas películas. Intentas acomodarte a un jurado con vivencias distintas a las tuyas, tiras un disparo al aire. Sólo debes contar lo que quieres contar y cómo quieres contarlo. Puede ser que alguna gente le guste y a mucha le disguste. No voy a dejar de dormir por eso", asegura.El cineasta confiesa que no hizo El enemigo pensando en la audiencia. "La televisión la haces pensando en el público y en el rating. Te comprometes con mecanismos que sabes que funcionan. Cuando haces una película tiene que ser la que quieres hacer. Que no va a ser muy distante, porque uno también es público. Soy espectador primero. El enemigo tiene características muy particulares, es austera, con largas escenas. Si hubiera pensado en el público no tendría un final tan duro. No quería ser complaciente. Es una satisfacción personal. Esa búsqueda de público la hago en televisión, para mí tiene sentido hacer cine de esa manera, correr riesgos que en otro medio son imposibles".Lamata, que se encuentra en pleno rodaje de una telenovela de Leonardo Padrón y en la posproducción de Boves, el urogallo, enumera las cosas que más aprecia de su cinta, una historia de un fiscal y la madre de un delincuente que se topan en el pasillo de un hospital. "Me satisface el trabajo de los actores. Es una película en la que, a propósito, quería contar una historia sin contarla del todo. Un filme en el que las palabras son importantes. El enemigo quiere descansar en el diálogo y lo reconoce abiertamente. Apuesta a larguísimas conversaciones. Dicho así es veneno para la taquilla. pero quería contar esa larga noche".
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