A punto de estrenar una película y de filmar otra con el español Antonio Banderas, un inesperado problema se ha cruzado en la vida de Woody Allen: el año pasado presentó una demanda contra una firma textil, American Apparel, que posee tiendas en numerosos países, porque había empleado su imagen en una campaña publicitaria sin su consentimiento, y ante la próxima vista judicial del caso, la empresa acusada ha anunciado que la supuesta "ofensa al honor" que había alegado el cineasta sería respondida por sus abogados con la referencia a los escándalos sexuales y familiares en los que estuvo implicado en el pasado. Este miércoles Allen dijo que se sentía "acosado". Y es como respuesta a la demanda por 10 millones de Allen, American Apparel decidió refrescar la memoria del tribunal y los ciudadanos dando a conocer los pasados conflictos familiares que sufrió, como las denuncias de su ex esposa Mia Farrow por abandonarla por su hija adoptiva Soon Yi (la actual pareja del cineasta), a la que había fotografiado desnuda, y por presuntos abusos a su hija común Dylan, esta última desestimada en su día por los tribunales. El objetivo de los abogados de la firma textil es demostrar que la alegación de Woody Allen sobre que la campaña publicitaria no autorizada "dañaba su imagen" no se sostiene porque "él mismo ya la ha dañado suficientemente". Consideran que la indemnización exigida por el realizador, actor y guionista es excesiva cuando los anuncios, que usaron una foto suya perteneciente a una escena de Annie Hall, sólo aparecieron en vallas durante una semana. Ante el anuncio de American Apparel de que sacarían a relucir todos los "trapos sucios" de Allen en el juicio previsto para la próxima semana, sus representantes legales presentaron documentos este miércoles ante el tribunal diciendo que los demandados por él no estaban practicando un juego limpio al querer mezclar en el caso su vida familiar y financiera, y que el realizador de Vicky Cristina Barcelona se siente en consecuencia "acosado" por American Apparel.