Noticias
ATENEO DE CARACAS / Maurizio Liberatoscioli / Martes 01 de Enero
Adiós a la Margot
Adiós a la Margot
Transcribimos la carta del cese de las funciones de la sala Margot Benacerraf del Ateneo de Caracas (sala asociada a Gran Cine) enviada por su director Maurizio Liberatoscioli
Debido al vencimiento del comodato que mantenía el Ateneo de Caracas con el Estado venezolano, en cuanto al uso de la edificación en la cual esta institución cultural cumplió una ilustre labor desde 1983, la sala Margot Benacerraf, asociada a Gran Cine, deja de proyectar cine desde hoy viernes 05 de junio. Fundada en 1987, la sala estuvo bajo la dirección de María Elena Ascanio, Bernardo Rotundo, Enrique Lares y finalmente Maurizio Liberatoscioli, y fue a lo largo de poco más de 20 años una de las mejores guías de estímulo a la apreciación y el disfrute del buen cine por parte de varias generaciones de cinéfilos caraqueños. En vista de la incertidumbre acerca de lo que va a pasar con este espacio, ubicado en el edificio ahora sede de la Universidad de las Artes, la sala Margot Benacerraf, administrada por el Ateneo, ha finalizado sus actividades. Transcribimos a continuación la carta enviada por su director Maurizio Liberatoscioli. Caracas, 3 de junio de 2009 Estimados amigos: Cumplo con el penoso deber de informarles que a partir del próximo viernes 5 de junio no habrá película programada en la Sala de Arte y Ensayo Margot Benacerraf. Ese día los proyeccionistas no prenderán la luz de los proyectores. La sala permanecerá oscura y silenciosa. Anunciar el cierre de esta sala de cine es para mí, quien por mucho tiempo fue un consecuente espectador y por sus últimos tres años, su director, un acto doloroso. Una vez me preguntaron qué significaba para mí este extraño oficio de dirigir una sala de cine de arte y respondí que me sentía como el párroco de una iglesia en busca de fieles. Porque el cine es una vocación, una profesión de fe. No estamos hablando del cierre de una sala de cine por falta de rentabilidad económica, ni siquiera de la sustitución de una mezquita por una catedral, estamos en presencia de una decisión motivada por el miedo. El miedo a las ideas diversas, diferentes. El miedo al conocimiento. La última película programada es Los amantes habituales (Philippe Garrel, 2005). Curioso título que alude, casi sin querer, a los fieles espectadores que nos han visitado a lo largo de estos veintidós años de vida. A los amantes habituales de la Margot, quién lo diría. Últimamente no eran muchos, pero siempre desafiantes, superando numerosos obstáculos para finalmente sentarse y ser bañados por la luz de la sala oscura. A ellos, mi más amoroso agradecimiento. Ahora me siento como un párroco sin su templo. Pero, como dicen que “el hábito no hace al monje”, seguiré predicando mi evangelio. Hay profetas que han vislumbrado la muerte del cine, pero el cine no morirá mientras exista la memoria de los hombres. Atentamente, Maurizio Liberatoscioli