Su vida estuvo marcada por la música y siempre le recordaremos por dos canciones, "The time of my life", la que cantaron Joe Cocker y Jennifer Warnes en 1987 para Dirty Dancing, y la ya antes famosa "Unchained melody" de los Righteous Brothers, orquestada románticamente por Maurice Jarre en la banda sonora de Ghost (1990). Mientras la primera sonaba, Patrick Swayze bailaba junto a Jennifer Grey, y cuando lo hacía la segunda, él acariciaba a una deliciosa Demi Moore que modelaba el barro. Dos escenas en la historia de este actor que en la noche del lunes perdió su batalla contra el cáncer, dos escenas en la historia del cine. Swayze dejó de respirar a los 57 años, 20 meses después de que le diagnosticaran un cáncer de páncreas al que combatió con rabia, y que no le impidió seguir trabajando en la serie televisiva "The Beast". Tres veces estuvo nominado a un Globo de Oro y fue capaz tanto de bailar gracilmente como de hacer de duro, aunque su verdadera fuerza interior la demostró en esos casi dos años de pelea frente a la enfermedad que cambió su físico y se extendió por sus entrañas. No dudó en dejar su medicación contra el dolor mientras grababa el piloto de "The Beast" para que no afectara su trabajo actoral. Nacido en Houston (Texas) el 18 de agosto de 1952, Patrick se formó fisicamente en la escuela de baile de su madre, donde conoció a su esposa, Lisa Niemi, con la que se casó en 1975 y que le acompañó hasta sus últimos momentos. El terreno del musical fue el que pisó en una sucesión natural de acontecimientos inicialmente, y le abrió las puertas de la televisión y el cine. Su primer gran papel en la pantalla se lo dio en 1983 Francis Ford Coppola con Jóvenes rebeldes (The Outsiders), a la que siguieron dos películas de acción, Los valientes (Uncommon Valor, 1983) y Amanecer rojo (Red Down, 1984), pero la consagración le llegaría de la mano de su antigua vocación por la danza, cuando interpretó a un profesor de baile que enamora a una adolescente en Dirty Dancing. Tras otro puñado de films de peleas, testosterona y persecuciones, como El duro (Road House, 1989), volvió a hacer latir el corazón del público con Ghost: La sombra de un amor (Ghost), donde incorporó -como William Holden en Sunset Boulevard- a un muerto. A pesar de que participó en cintas significativas como La ciudad de la alegría (City of Joy, 1992), Punto límite (Point Break, 1991) o Reinas o reyes (To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newman, 1995), en la que se travistió junto al colombiano John Leguízamo, nunca más Patrick Swayze repitió el suceso de aquellas dos recordadas Dirty Dancing y Ghost. Sus últimos meses mostraron hasta qué punto podía ser duro en la vida real como en la ficción, y a la vez dieron una lección de dignidad y valentía. Para los amantes de las anécdotas siniestras... Swayze es ya el segundo actor de Ghost que muere prematuramente. En diciembre de 2005 dejó de existir Vincent Schiavelli. Ambos interpretaron a fantasmas, ambos sufrieron de cáncer y ambos dejaron de existir a la misma edad, 57 años.