Pareja inolvidable de un sensual “último tango” con Marlon Brando, la actriz María Schneider murió a la edad de 58 años, víctima de un cáncer, se conoció este jueves. Hija del actor Daniel Gelin y la modelo Marie-Cristine Schneider, hizo su debut en el teatro cuando ella tenía sólo 15 años, sin haber tomado lecciones previamente. Dos años más tarde, obtuvo su primer papel en la gran pantalla en L’arbre de Noël (1968), de Terence Young, seguida inmediatamente de una aparición en Madly (Roger Kahane, 1970) con Alain Delon. Pronto, Maria Schneider incrementa su participación en producciones francesas, pero también alemanas e italianas. Así que, decidió hacer un casting para un proyecto de Bernardo Bertolucci. Seleccionada por el propio director, entre un centenar de candidatas, la actriz co-protagoniza con Marlon Brando la película que lo llevó a su consagración: El último tango en París (Le dernier tango a Paris, 1972). Además de la fama, esta película le da la imagen de actriz erótica, una imagen que la acompañará a lo largo de su carrera. Durante los años 70, alternará protagonismo con otros prestigiosos acompañantes como Gerard Depardieu en Violenta (Daniel Schmid, 1977), sin olvidar a Jack Nicholson en El pasajero (Professione: Reporter, 1975), de Michelangelo Antonioni. Siguiendo por el lado italiano, también rueda con Luigi Comencini (Cercaci Gesu, 1982). Dirigida por poetas al margen como Philippe Garrel, Werner Schroeter y Jacques Rivette (Merry-Go-Round, 1981), es nominada al César como Mejor actriz de reparto en 1980 por su papel en La dérobade, donde interpretó a una prostituta en un contexto violento y malsano. Maria Schneider continuó su carrera en Europa durante los años 80, pero las oportunidades eran cada vez menos numerosas, prefiriendo la televisión. Durante los años 90, obtiene un estimable rol como una convicta en libertad condicional en Au pays des Julieta (1992), de Mehdi Charef, e hizo algunas apariciones cortas en Les Nuits Fauces (1992), de Cyril Collard, y Jane Eyre (1996), de Franco Zeffirelli. En Les acteurs (2000), de Bertrand Blier, reapareció en un papel semi-autobiográfico de actriz maldita, sintiéndose "muy feliz de estar de vuelta en el cine." (Libération). En 2002, Laetitia Masson la dirige en La repentie, donde asumía de nuevo su imagen erótica. Otros jóvenes cineastas como Guillaume Nicloux o Marc Fitoussi, la dirigen en papeles secundarios. En 2008, hará su última aparición en el cine en Cliente, de Josiane Balasko y en televisión en la serie “La guerre de l’ombre”.