Son tiempos oscuros para las cadenas de cines en todo el mundo, especialmente en Hollywood. Tras el aumento de propagación del COVID-19 en marzo, innumerables complejos dedicados al séptimo arte han tenido que cerrar sus puertas para prevenir el contagio masivo. El más alarmante de los escenarios indica que la situación comenzará a normalizarse a partir de octubre, sin embargo, las personas no están realmente ansiosas de volver a la vida pública, no si la seguridad carece de garantía. Una nueva encuesta revela los intereses de la población en Estados Unidos.

El estudio publicado por Performance Research (vía Variety), deja en claro que aunque las cadenas vuelvan a abrir sus puertas al público, las personas no estarán dispuestas a acudir en un principio. La situación es lo suficientemente delicada como para salir a las calles en el primer anuncio; ahí está el ejemplo de China, intentó regresar a la vida normal y la movilidad de las personas trajo consigo más casos de contagio.

Performance Research encuestó a mil ciudadanos estadounidenses, de los cuales un importante número ha confirmado que no piensa regresar a sus vidas de antes tan pronto. De acuerdo con los números, un 44% de los abordados declaró que no tienen interés en devolverse a la vida pública inmediatamente después de que el estado haya declarado al territorio como seguro. Pero lo anterior es tan solo una visión general, las cosas se ponen todavía más difíciles para las cadenas de cine.

Variety reporta que a un 49% de los encuestados le tomaría "varios meses" o "tal vez nunca" el regresar al consumo de cine tal y como se observó antes de que estallara la pandemia; el 28% comentó que después de la crisis sanitaria visitarán los cines con mucho menos frecuencia, sin importar que las autoridades los declaren como sitios seguros. Tan solo el 15% admitió estar dispuesto a ir al cine más que antes, mientras que el 58% aseguró que una vez pasada la contingencia se incorporarán a las visitas regulares.

Sin lugar a dudas, una importante parte de la población en Estados Unidos no regresará a los cines inmediatamente después de que pase la contingencia por COVID-19, situación que generará serios inconvenientes para las empresas dedicadas a la exhibición de películas en complejos. La mala temporada se extenderá para ellos más de los planeado.

De acuerdo con los datos ofrecidos por Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud, en estos momentos se han registrado casi 190 mil casos de contagio y más de 4 mil fallecimientos. Lo anterior convierte al país en el centro de la pandemia, superando a Italia, España y China, países que durante meses o semanas elevaron sus números de infectados hasta niveles escandalosos.

En Latinoamérica los números comienzan a ascender de forma precipitada. Ayer se confirmaron en México 1215 enfermos y 29 muertes; la subsecretaría de salud recomienda permanecer en casa y anuncia de forma tajante que las cifras van a aumentar y los fallecimientos serán inevitables. Este es el mejor momento para no salir (si es posible) y lavarse las manos con una frecuencia nunca antes observada en la historia de la humanidad.

Las grandes cadenas de cine en México, Cinépolis y Cinemex, anunciaron el cierre masivo de sus sucursales hasta nuevo aviso, una medida preventiva que sin lugar a dudas contribuirá a la reducción de contagios. Es probable que ambas empresas tengan un destino muy similar al anunciado para las de Estados Unidos: una afluencia baja incluso después de concluida la pandemia.

El pasado 27 de marzo debió llegar a los cines Mulan, el más reciente 'live-action' de Disney, sin embargo, los fanáticos tendrán que esperar varios meses para observar su llegada a salas. El mismo destino han corrido cintas como No Time to Die y Fast & Furious 9.