En Venezuela, ir a cine a ver una película se convirtió en un lujo para una gran parte de la población debido a la crisis económica que afecta a ese país. En los últimos años, el número de espectadores ha disminuido de 30 millones en 2015 a 13 millones en 2018, así lo dio a conocer la asociación Gran Cine.

Esta asociación fue creada en el año 1996 por venezolanos que laboran en la industria del cine con la finalidad de promover la cultura cinematográfica. Por ello ha decidido llevar a los sectores populares salas de cine móviles con el objetivo de ofrecer un sano esparcimiento a la población.

“El objetivo del Gran Cine Móvil es llevar lo mejor del cine mundial, la diversidad cultural a los sectores populares de la ciudad de Caracas, especialmente para aquellas zonas de menos recursos económicos (…) Colocamos una pantalla y sillas cómodas, para hacer una sala de cine en la calle. Buscamos formar un espectador crítico y analítico de su entorno social”, dijo Bernardo Rotundo, presidente de la asociación.

En la nación sudamericana, el sector cultural se ha visto afectado por la crisis económica lo cual ha generado que pocas películas sean financiadas por fondos públicos, los cuales provienen de la venta de entradas. “Actualmente hay muchas salas de cine de arte que han cerrado”, agrega Rotundo.